La Caída de Tenochtitlan
La caída de Tenochtitlan fue el punto
culminante de diversos hechos como las alianzas logradas por Hernán
Cortés y la creencia de Moctezuma Xocoyotzin, de que Quetzalcoatl había
regresado para reclamar el trono mexica. El 8 de noviembre de 1519 el ejército
hispano, junto con Cortés, son recibidos y alojados en el Palacio de Axayacatl,
en la ciudad de Tenochtitlan.
Las alianzas logradas por
Cortés en su camino a la capital del imperio mexica fueron logradas,
algunas de forma pacífica, como la hecha con los tlaxcaltecas, otras a base de
persuasión, es decir, el infundar miedo a los pueblos mediante la utilización
de la fuerza, como en Cholula, Puebla, donde ordena una matanza y el posterior
saqueo y quema de la ciudad.
En Tenochtitlan su estancia fue pacífica hasta la muerte
del capitán Juan de Escalante y seis soldados en Nautla, durante una rebelión
totonaca al negarse a pagar tributo a los recaudadores mexicas, por consejo de
Hernán Cortés. A Moctezuma se le exige la entrega de Cuahupopoca, que el
conquistador español consideraba responsable directo de la muerte de sus
hombres, presionado por esto, Moctezuma hace presentarse a Cuahupopoca, quien
sería ejecutado por órdenes de Hernán Cortés en la hoguera.
El odio de los habitantes hacia los
extraños hombres y el hartazgo de ver a su emperador subordinado a los
españoles, además de la infame matanza del templo mayor ordenada por Pedro de Alvarado el 10 de mayo de
1520 durante la fiesta del renacimiento de Tezcatlipoca, levanta en armas al
pueblo mexica, que intentaría arrojar fuera de la ciudad a los españoles.
Se trataba de apaciguar los ánimos utilizando a Moctezuma
II como mediador, siendo inútil la estrategia, ya que para los mexicas,
Moctezuma era parte de la situación que se vivía en la ciudad, por lo que sus
palabras sólo le valieron pedradas que lo dejarían herido, para morir mas tarde
el 29 de junio de 1520.
A partir de este suceso, la conquista de Tenochtitlan
sería una lucha frontal entre españoles y mexicas, los primeros para someterla,
los segundos para no permitir la caída de su imperio.
Cortés, sitiado, organiza la salida
de su ejército en completo silencio durante la noche, aunque de nada sirvió, al
ser descubiertos escapando por la calzada de Tepeyac, donde iban a morir muchos
españoles ahogados o víctimas de la lluvia de flechas. El ataque del que
Cortés escapa casi acaba con el ejército hispano, que partiría hacia
Tlaxcala para reorganizarse y preparar todo con sus aliados para la conquista
de Tenochtitlan.
En su camino hacia Tlaxcala,
Cortés enfrenta otra batalla en la que casi se escribe una historia
distinta. El 14 de julio de 1520 la batalla de Otumba, en el Estado de México,
casi acaba por completo con los españoles, de no ser porque Cortés logra
arrebatar un estandarte de un jefe guerrero mexica, ganando una batalla que sin
merecer ganaba por ese simple hecho, ya que para los demás combatientes aztecas
la caída del estandarte en manos del enemigo significaba que la batalla estaba
perdida.
Al sortear con suerte las
adversidades que en el camino enfrentaron las fuerzas comandadas por Cortés, se
reorganiza un ejército compuesto en su mayor parte por aliados indígenas,
guiados por extraños que ganarían una guerra gracias a la desunión que provocó
el despotismo mexica hacia sus vasallos.
Se construyeron 7 naves para rodear
la ciudad por el lago de Texcoco,
se cortó el suministro de agua potable y se sitió por dos meses las tres
entradas principales con 80 000 soldados, que en su mayoría eran indígenas.
Cuauhtemoc, sucesor de Cuitlahuac, que murió de viruela y fue el último
tlatoani o emperador de Tenochtitlan, se entrega como prisionero ante el
sufrimiento de su pueblo, por el asedio día y noche, la falta de comida y agua,
y la epidemia de viruela, pactando la capitulación de la destruida ciudad el 13
de agosto de 1521.
La caída de Tenochtitlan abrió el camino para explorar y
someter mas territorios al norte y sur de México.