sábado, 10 de marzo de 2018

CRECIMIENTO DE LA POBLACIÓN MUNDIAL

Actualmente viven en el planeta unos 7 500 millones de personas. No siempre, sin embargo, la población a escala mundial ha sido tan elevada, sino que actualmente nos encontramos en el que, de momento, ha sido la cifra máxima de población, fruto de un crecimiento continuado de la población.
Aunque en términos relativos encontraríamos diferentes etapas de la humanidad en que el crecimiento de la población ha sido muy importante, entre las que el ecólogo norteamericano Edward Deevey destaca la iniciada a partir de la Revolución Neolítica con la aparición del agricultura, no hay ninguna duda de que el punto de partida para llegar a la cifra actual es la Revolución Industrial (2ª mitad del siglo XVIII), a partir de la cual se produce un crecimiento demográfico de tipo exponencial en un periodo muy corto de tiempo . Este crecimiento ocurrido durante los últimos 250 años de la historia de la humanidad enmascara lo que sucedió durante los cientos de miles de años previos.
Durante el Paleolítico inferior se calcula que la población mundial era de unos 125.000 habitantes, todos en África. El millón de habitantes se alcanzó hace unos 300 mil años (Paleolítico medio) en el que ya habita Eurasia. La población humana alcanzó la cifra de 5 millones hace 10 mil años, cuando ya hay presencia en todos los continentes. A comienzos de la era cristiana se calcula una población mundial de unos 300 millones de habitantes, cifra muy similar a la del año 1000 en que se encuentra alrededor de los 310 millones. Durante la Edad Media se produjeron importantes crisis alimentarias debido a malas cosechas provocadas tanto por situaciones climáticas como por conflictos bélicos, que tiene como consecuencia el hambre y la aparición de epidemias con una gran mortalidad, por lo que durante algunos períodos la población se estanca o incluso retrocede.
Así, hace unos 250 años la población mundial era de unos 800 millones y desde esa fecha, la población ha ido aumentando de manera progresiva, hasta mediados del siglo XX de forma continuada pero estable, ya partir de esa fecha, de manera exponencial. Así, en los últimos 25 años la población ha crecido tanto como lo había hecho en toda la historia.
La evolución demográfica se puede dividir en dos etapas:
1.              Desde la aparición del hombre hasta 1750: Se caracteriza por un crecimiento demográfico muy lento ascendente, paralelo a la expansión de los recursos económicos. Este período fue dominado por el descubrimiento, desarrollo y perfeccionamiento de las herramientas, el desarrollo de la agricultura y la domesticación de animales, es decir, estuvo marcado por las primeras innovaciones económicas.
2.              Desde 1750 hasta la actualidad: caracterizada por una gran expansión demográfica, producto de los cambios ocurridos a partir de la segunda mitad del siglo XVIII a causa de las revoluciones agraria, industrial y tecnológica. Estas revoluciones permitieron la obtención de excedentes alimenticios con los cuales disminuyó el hambre y liberó mano de obra de las actividades agrarias. Este excedente de fuerza de trabajo en las actividades primarias comenzó a ocuparse en actividades industriales y terciarias.
Las causas del acelerado crecimiento de la población son múltiples, la primordial es la disminución de la mortalidad. Este descenso se ha producido como consecuencia de los avances sanitarios, económicos y tecnológicos que posibilitaron la desaparición de epidemias y la difusión de nuevas técnicas industriales. La expansión de este progreso en los países en desarrollo se produjo con celeridad, paralelo a la existencia de tasas de natalidad altas,  dando lugar al fenómeno de la explosión demográfica.
Otra de las causas a señalar es el efecto acumulativo ya que existe una cantidad de personas que se agrega cada año, este fenómeno recibe el nombre de impulso demográfico.
Como última causa se puede señalar la gran proporción de población joven, a medida que los jóvenes van aumentando en edad, el número total de nacimientos es mayor, aún cuando las parejas tengan sólo dos hijos.
En la actualidad, la tasa de crecimiento anual es de 1,2% aunque se observan grandes disparidades a nivel mundial. A su vez, el mayor crecimiento de la población se produce principalmente en los países en desarrollo:
                África es el continente que registra mayor crecimiento. Su población pasó de 220 millones en 1950 a 812,6 millones en 2001. Se estima que para el año 2025 llegará a 1.600 millones. Este crecimiento es debido a la disminución de la tasa de mortalidad y al mantenimiento o estabilidad de la de fecundidad. A ello debe sumarse que dentro del continente africano las diferencias regionales no son tan marcadas como en otros continentes. Sin embargo, las tasas más altas de crecimiento demográfico corresponden al África Subsahariana con tasas superiores al 3%.
                Asia es el continente donde se encuentra más de la mitad de la población mundial. En esta región se presentan gran cantidad de contrastes: por un lado, Asia Meridional tiene altas tasas de crecimiento, similares a las de África.
Por otro lado,  China, que disminuyó su tasa de crecimiento de una manera espectacular. Su tasa de fecundidad se redujo de 6,5 hijos por mujer en 1968 a 2,3 en 1980 y a 1,8 en la actualidad. Dentro de la planificación familiar se implementaron distintas medidas, incluso la política del hijo único, aplicando sanciones a quienes no cumplan con las indicaciones gubernamentales.
·       En América latina la tasa de crecimiento demográfico ha aumentado rápidamente, aunque no de manera uniforme ni predecible. Ello puede atribuirse a la baja continua de la mortalidad y a persistentes tasas de elevada fecundidad.

En los países desarrollados la situación es totalmente diferente, donde los porcentajes de población están disminuyendo vertiginosamente: del 33,1% del total mundial en 1950 al 22,8% en 1990 y al 15,9% (estimativo) en el año 2025. Esto se debe a que las tasas de fecundidad han caído por debajo del nivel de reemplazo: 2,1 hijos por mujer . Sin embargo, la población sigue creciendo en la mayoría de los países debido a la acumulación a lo largo del tiempo de un potencial de crecimiento (es decir por una proporción de población joven que se encuentra hoy en su etapa de procreación), por anteriores tasas de fecundidad más elevadas que las actuales, o a causa de la inmigración proveniente de los países en desarrollo.Europa constituye un caso especial dentro del grupo de países desarrollados debido a que sus tasas de crecimiento son inferiores al 1% anual e incluso hay países con valores negativos como Alemania, Italia, etc. Esta situación se debe a una natalidad muy baja y a unos niveles de mortalidad general en ascenso, producto de una estructura demográfica envejecida.

CAMBIO CLIMÁTICO GLOBAL

CAMBIO CLIMATICO GLOBAL

EL EFECTO INVERNADERO

«CAUSAS Y CONSECUENCIAS»

Las temperaturas de mas de 50 grados centígrados en la India, las inundaciones de dos metros en Brasil, el peligro de
extinción de cientos de especies animales como el oso polar, el derretimiento de nieves en glaciares permanentes y
la aparición de violentos huracanes como Katrina y Wilma en el Golfo de México; así como también violentos tornados
en Estados Unidos y en regiones donde no se presentaban como Puebla, Coahuila y Colombia, tienen una causa común: el
incremento de medio grado centígrado en la temperatura promedio de la Tierra en el último siglo, producto del cambio
climático. Aunque el incremento de medio grado centígrado es imperceptible para una persona, esa elevación
climática resulta muy peligrosa para el frágil equilibrio ecológico de nuestro planeta y amenaza con crear mayores
estragos en lo sucesivo, pues sólo basta recordar que seis de los siete años mas calurosos de los que se tengan
registro han ocurrido a lo largo de la última década.

EL EFECTO INVERNADERO: La gran quema de combustibles fósiles como el petróleo, gas y
carbón provoca que las moléculas de carbono de esos energéticos, se combinen con el oxigeno, creando el dióxido
de carbono, uno de los principales gases responsables del cambio climático en la Tierra. El efecto invernadero es
un fenómeno natural, que permite la vida. En él, los rayos del sol atraviesan la atmósfera, parte de la radiación es
 retenida por los gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono (CO2 ) y el resto vuelve al espacio

CALENTAMIENTO GLOBAL: Es el incremento de la temperatura media de la atmósfera debido a la actividad humana.
La quema de combustibles y la deforestación incrementan la cantidad de gases de invernadero y la atmósfera retiene
entonces más calor y el planeta eleva su temperatura. Por su parte las corrientes marinas distribuyen el calor de los
trópicos hacia los polos. La circulación global oceánica entre agua frías y cálidas influyen en los climas mundiales. Pero
esta fuerza conductora podría desequilibrarse con el calentamiento global y el amazonas se secaría, el desierto del
Sahara se haría húmedo, Europa Occidental se haría mas fría.

PROTOCOLO DE AMSTERDAM: Es un acuerdo internacional que pretende reducir 5.2% de la contaminación atmosférica de los países desarrollados para el 2050. Esto es por que Estados Unidos emite el 30% de dióxido de carbono, Europa el 28%,
Rusia el 13%, México y Latinoamérica el  3.8%. Este protocolo provee de incentivos a las naciones que reduzcan

sus emisiones de CO2, por lo que es importante su cumplimiento y evitar un futuro catastrófico para el planeta.

jueves, 1 de marzo de 2018

LITERATURA SOBRE LA CDMX

ASÍ DESCRIBEN SIETE GRANDES AUTORES EN SUS OBRAS A NUESTRA CIUDAD
Inmensa, caótica, fascinante, sobrepoblada e imponente… así es la Ciudad de México (CDMX). Cualquiera que viva aquí sabe que hay razones de sobra para amarla —y también unas cuantas para odiarla—. Por su complejidad y sus contrastes, la CDMX ha sido musa de muchos escritores contemporáneos.
Los diferentes rostros que tiene han quedado inmortalizados en las obras, ya sean novelas, poemas o crónicas, de Carlos Fuentes, Octavio Paz, María Luisa Puga, José Emilio Pacheco y otros autores.
Varias son las descripciones literarias más emblemáticas y las que mejor han logrado capturar la esencia de nuestra ciudad y lo que significa vivir en ella. Aquí algunas de ellas:

La región más transparente de Carlos Fuentes (1958)*

Para algunos críticos literarios este libro fue el que inauguró la literatura urbana de la ciudad. Eso sí, nadie discute que después de esta obra la frase “la región más transparente del aire” se convirtió en sinónimo del Distrito Federal, como se le llamaba en ese entonces.
«Aquí vivimos, en las calles se cruzan nuestros olores, de sudor y pachulí, de ladrillo nuevo y gas subterráneo, nuestras carnes ociosas y tensas, jamás nuestras miradas […] Ven, déjate caer conmigo en la cicatriz lunar de nuestra ciudad, ciudad puñado de alcantarillas, ciudad cristal de vahos y escarcha mineral, ciudad presencia de todos nuestros olvidos, ciudad de acantilados carnívoros, ciudad dolor inmóvil, ciudad de la brevedad inmensa […] ciudad del tianguis sumiso, carne de tinaja, ciudad reflexión de la furia, ciudad del fracaso ansiado […] Aquí nos tocó. Qué le vamos a hacer. En la región más transparente del aire».

 

Hablo de la ciudad de Octavio Paz (1986)

México y en particular su capital fueron temas recurrentes en las obras de Octavio Paz. El premio Nobel escribió sobre la CDMX en múltiples ocasiones y una de sus descripciones más memorables fue la de este poema en el que no tuvo que decir mucho para explicar todo lo que significa vivir en la ciudad que “nos devora, nos inventa y nos olvida”.
«Novedad de hoy y ruina de pasado mañana, enterrada y resucitada cada día,
convivida en calles, plazas, autobuses, taxis, cines, teatros, bares, hoteles, palomares, catacumbas,
la ciudad enorme que cabe en un cuarto de tres metros cuadrados inacabable como una galaxia,
la ciudad que nos sueña a todos y que todos hacemos y deshacemos y rehacemos mientras soñamos,
la ciudad que todos soñamos y que cambia sin cesar mientras la soñamos…»

Las batallas en el desierto de José Emilio Pacheco (1981)

Hay muchas cosas buenas de este libro y si eres chilango logra sacarte una sonrisa cada que hace referencia a puntos específicos de la ciudad. El libro es corto, pero no necesitó de muchas palabras para describir ese lado “tenebroso” de la ciudad al que tanto temen los que no son de aquí.
«En la maldita Ciudad de México. Lugar infame, Sodoma y Gomorra en espera de la lluvia de fuego, infierno donde sucedían monstruosidades nunca vistas en Guadalajara […]. Siniestro Distrito Federal en que padecíamos revueltos con gente de lo peor. El contagio, el mal ejemplo. Dime con quién andas y te diré quién eres».

 

Los detectives salvajes de Roberto Bolaños (1998)

Bolaños se adentró a otra cara de la ciudad. En particular a la calle Bucareli y así la inmortalizó:
«La verdad es que al principio no advertí ninguna señal que singularizara aquella calle de las que acabábamos de dejar. El tráfico era igual de denso […] pero luego (tal vez influido por la advertencia de María) fui percibiendo algunas discordancias. Para empezar, la iluminación. El alumbrado público en Bucareli es blanco, en la avenida Guerrero era más bien de una tonalidad ambarina. Los automóviles: en Bucareli era raro encontrar un coche estacionado junto a la acera, en la Guerrero abundaban. Los bares y las cafeterías, en Bucareli eran abiertos y luminosos, en la Guerrero, pese a abundar, parecían replegados sobre sí mismos, sin ventanales a la calle, secretos o discretos. Para finalizar, la música. En Bucareli no existía, todo era ruido de máquinas o de personas, en la Guerrero, a medida que uno se internaba en ella, sobre todo entre las esquinas de Violeta y Magnolia, la música se hacía dueña de la calle, la música que salía de los bares y de los coches estacionados, la que salía de las radios portátiles y la que caía por las ventanas iluminadas de los edificios de fachadas oscuras».

 

El vampiro de la colonia Roma de Luis Zapata (1979)

Zapata por su parte se atrevió a escribir sobre la ciudad desde una perspectiva gay. Se adentró al lado sexual de sus calles y rincones y los describió utilizando un lenguaje coloquial y sin censura.
«En esa época me parecía la ciudad de México la ciudad más cachonda del mundo, la que más se prestaba a coger, o sea, a que uno cogiera ¿verdad?. La que más favorecía las este las relaciones sexuales entonces yo decía: “No ps si esta ciudad es cachondísima para muestra basta la Torre Latinoamericana que es el falo más grande de Latinoamérica” […] entons a mí la torre me parecía el falo más grande de américa latina y el palacio de bellas artes la chichi más gorda de todo el continente je y así toda la ciudad ¿no? cada rinconcito tenía un encanto muy particular muy sexual era maravilloso podías coger todo el día todos los días»

 

Pánico o peligro de María Luisa Puga (2002)

Si Zapata logró una perspectiva gay de la ciudad, Puga hizo lo mismo con la visión femenina. La novela transcurre en la avenida Insurgentes y debate si es mejor vivir con miedo o enfrentarlo.
«Se podría decir que toda mi vida ha transcurrido a lo largo de Insurgentes. Y en sus bordes, más o menos he visto crecer toda clase de ideas descabelladas, incomprensibles, falsas. He descubierto las formas más feroces de resistencia o los casos de fracaso más patéticos…».

 

Ojerosa y pintada de Agustín Yáñez (1960)

¿Cómo es vivir en la CDMX? Yañez trató de contestar esta pregunta —y de paso respondió muchas otras— con esta novela. Sin duda uno de los temas que mejor capturó fue el del clasismo que se vive en ciertas zonas de la ciudad y lo hizo con el siguiente párrafo.
«—A mí, sobre todo, no me hablen de lejanías: Polanco, las Lomas, qué sé yo; es como vivir desterradas— terció la señora.
—Da la casualidad que allí́ es donde viven las personas de nuestra categoría… En efecto, las categorías sociales de la metrópoli pueden distinguirse por los barrios o colonias: a la categoría porfirista para no ir más lejos, corresponde la colonia Juárez y principios de la Roma; después, digamos a la callista, la Cuauhtémoc, la del Hipódromo, Anzures y parte de las Lomas; hay la categoría israelita, la sirio libanesa, con sus estilos arquitectónicos; como ves, capas advenedizas a favor de la política y los negocios; pero lo que se llama verdaderamente la sociedad mexicana no contaminada, los viejos apellidos que, como el nuestro, no han claudicado ni al golpe del despojo que nos infirió́ [sic, por infringió́] el agrarismo, escapamos a que se nos mezcle con esas categorías de nuevos ricos que han hecho su fortuna a costa de la nuestra; es como el buen aceite junto al agua…».