Actualmente viven
en el planeta unos 7 500 millones de personas. No siempre, sin embargo, la
población a escala mundial ha sido tan elevada, sino que actualmente nos
encontramos en el que, de momento, ha sido la cifra máxima de población, fruto
de un crecimiento continuado de la población.
Aunque en términos
relativos encontraríamos diferentes etapas de la humanidad en que el
crecimiento de la población ha sido muy importante, entre las que el ecólogo
norteamericano Edward Deevey destaca la iniciada a partir de la Revolución
Neolítica con la aparición del agricultura, no hay ninguna duda de que el punto
de partida para llegar a la cifra actual es la Revolución Industrial (2ª mitad
del siglo XVIII), a partir de la cual se produce un crecimiento demográfico de
tipo exponencial en un periodo muy corto de tiempo . Este crecimiento ocurrido
durante los últimos 250 años de la historia de la humanidad enmascara lo que
sucedió durante los cientos de miles de años previos.
Durante el
Paleolítico inferior se calcula que la población mundial era de unos 125.000
habitantes, todos en África. El millón de habitantes se alcanzó hace unos 300
mil años (Paleolítico medio) en el que ya habita Eurasia. La población humana
alcanzó la cifra de 5 millones hace 10 mil años, cuando ya hay presencia en
todos los continentes. A comienzos de la era cristiana se calcula una población
mundial de unos 300 millones de habitantes, cifra muy similar a la del año 1000
en que se encuentra alrededor de los 310 millones. Durante la Edad Media se produjeron
importantes crisis alimentarias debido a malas cosechas provocadas tanto por
situaciones climáticas como por conflictos bélicos, que tiene como consecuencia
el hambre y la aparición de epidemias con una gran mortalidad, por lo que
durante algunos períodos la población se estanca o incluso retrocede.
Así, hace unos 250 años la población mundial era de
unos 800 millones y desde esa fecha, la población ha ido aumentando de manera
progresiva, hasta mediados del siglo XX de forma continuada pero estable, ya
partir de esa fecha, de manera exponencial. Así, en los últimos 25 años la
población ha crecido tanto como lo había hecho en toda la historia.
La evolución
demográfica se puede dividir en dos etapas:
1.
Desde la aparición del hombre hasta
1750: Se caracteriza por un crecimiento demográfico muy lento ascendente,
paralelo a la expansión de los recursos económicos. Este período fue dominado
por el descubrimiento, desarrollo y perfeccionamiento de las herramientas, el
desarrollo de la agricultura y la domesticación de animales, es decir, estuvo
marcado por las primeras innovaciones económicas.
2.
Desde 1750 hasta la actualidad:
caracterizada por una gran expansión demográfica, producto de los cambios
ocurridos a partir de la segunda mitad del siglo XVIII a causa de las
revoluciones agraria, industrial y tecnológica. Estas revoluciones permitieron
la obtención de excedentes alimenticios con los cuales disminuyó el hambre y
liberó mano de obra de las actividades agrarias. Este excedente de fuerza de
trabajo en las actividades primarias comenzó a ocuparse en actividades
industriales y terciarias.
Las causas del
acelerado crecimiento de la población son múltiples, la primordial es la
disminución de la mortalidad. Este descenso se ha producido como consecuencia
de los avances sanitarios, económicos y tecnológicos que posibilitaron la
desaparición de epidemias y la difusión de nuevas técnicas industriales. La
expansión de este progreso en los países en desarrollo se produjo con
celeridad, paralelo a la existencia de tasas de natalidad altas, dando
lugar al fenómeno de la explosión demográfica.
Otra de las causas
a señalar es el efecto acumulativo ya que existe una cantidad de personas que
se agrega cada año, este fenómeno recibe el nombre de impulso demográfico.
Como última causa
se puede señalar la gran proporción de población joven, a medida que los
jóvenes van aumentando en edad, el número total de nacimientos es mayor, aún
cuando las parejas tengan sólo dos hijos.
En la actualidad,
la tasa de crecimiento anual es de 1,2% aunque se observan grandes disparidades
a nivel mundial. A su vez, el mayor crecimiento de la población se produce
principalmente en los países en desarrollo:
•
África es el continente que registra
mayor crecimiento. Su población pasó de 220 millones en 1950 a 812,6 millones
en 2001. Se estima que para el año 2025 llegará a 1.600 millones. Este
crecimiento es debido a la disminución de la tasa de mortalidad y al
mantenimiento o estabilidad de la de fecundidad. A ello debe sumarse que dentro
del continente africano las diferencias regionales no son tan marcadas como en
otros continentes. Sin embargo, las tasas más altas de crecimiento demográfico
corresponden al África Subsahariana con tasas superiores al 3%.
•
Asia es el continente donde se
encuentra más de la mitad de la población mundial. En esta región se presentan
gran cantidad de contrastes: por un lado, Asia Meridional tiene altas tasas de
crecimiento, similares a las de África.
Por otro
lado, China, que disminuyó su tasa de crecimiento de una manera espectacular.
Su tasa de fecundidad se redujo de 6,5 hijos por mujer en 1968 a 2,3 en 1980 y
a 1,8 en la actualidad. Dentro de la planificación familiar se implementaron
distintas medidas, incluso la política del hijo único, aplicando sanciones a
quienes no cumplan con las indicaciones gubernamentales.
·
En América latina la tasa de
crecimiento demográfico ha aumentado rápidamente, aunque no de manera uniforme
ni predecible. Ello puede atribuirse a la baja continua de la mortalidad y a
persistentes tasas de elevada fecundidad.
En los países
desarrollados la situación es totalmente diferente, donde los porcentajes de
población están disminuyendo vertiginosamente: del 33,1% del total mundial en
1950 al 22,8% en 1990 y al 15,9% (estimativo) en el año 2025. Esto se debe a
que las tasas de fecundidad han caído por debajo del nivel de reemplazo: 2,1
hijos por mujer . Sin embargo, la población sigue creciendo en la mayoría de
los países debido a la acumulación a lo largo del tiempo de un potencial de
crecimiento (es decir por una proporción de población joven que se encuentra
hoy en su etapa de procreación), por anteriores tasas de fecundidad más
elevadas que las actuales, o a causa de la inmigración proveniente de los
países en desarrollo.Europa constituye un caso especial dentro del grupo de
países desarrollados debido a que sus tasas de crecimiento son inferiores al 1%
anual e incluso hay países con valores negativos como Alemania, Italia, etc.
Esta situación se debe a una natalidad muy baja y a unos niveles de mortalidad
general en ascenso, producto de una estructura demográfica envejecida.